Es el momento justo donde el tiempo se detiene, hace una pausa para mirar alrededor y conocer la realidad y sus verdades, es cuando el alma se ascienta y crece.
Es el alma que flota sola sin ayuda y se ofrece. Es el alma que sabe recibir la evolución, la educación de la vida aquí y, en la humildad de su entorno aprende a respetar la creación. Es la esencia que absorbe, que genera, que pregunta, que se equivoca, que se adelanta, que se emociona y en la frágil estructura de su belleza se fortalece.
Del agua nace y crece, y en la luz se procura. Es la defensa, la protección, la pasión, el cambio de un estado a otro, es la flama simbolo de la fuerza espiritual, de la trascendencia e iluminación, aliento e inspiración. Es la verdad y el conocimiento, la creación y la destrucción, lo divino y lo maligno, es el amor y el poder sexual, luz y calor, es el elemento que unifica y estabiliza.
Es el alma, la fuerza del ser que es capaz de vivir en la belleza aun en el fango...