Puede que en un ligero instante de la infinidad del tiempo me halla ganado tu aprecio, o tu amor, o quizás solo fue parte de la imaginación de mi corazón, algo que inventé y en que creí con todas mis fuerzas, no lo se.
Ahora solo me queda decirte adiós y gracias. Gracias por llenarme de magia en esos dias grises con que yo amanecía, por hacerme respirar ese aire puro que necesitaba, aunque haya sido todo una ilusión, un sueño.
Brindo por ti, mi sueño, y porque el viento lleve estas frases a ti ya que se, esta será una carta más perdida en el tiempo, empolvada con el pasado en el desvan de los recuerdos, de esas cartas que no llevan ni destinatario ni remitente, y sólo laten por convertirse en un bello recuerdo.