Conocí la obra de Serrat a través de la radio en la República Dominicana, siendo una niña. Cada noche me acurrucaba a escondidas con mi hermana, con la radio debajo de la almohada, escuchando un programa musical llamado La intimidad de la música, que nos descubrió un universo maravilloso lleno de canciones.
La influencia de Serrat abarca mucho más que su faceta musical. Aparte de ser la banda sonora de tres generaciones, la riqueza de su obra convierten sus canciones en auténticas escuelas del idioma español y sus temas, muchas veces teñidos de una velada crítica social y política, entroncan directamente con las inquietudes cotidianas del pueblo. Una de sus canciones ha bautizado a la mayor de mis hijas, Mediterráneo me hace querer ser española, el verle en directo me emociona siempre hasta las lágrimas y cuando lo vi por primera vez, me subí con él al escenario. Llevo conmigo un trocito de su alma que me acompaña cada día.