Reflexión sobre Dios
En la inmensidad del universo, donde las estrellas brillan con luz propia, encontramos en cada rincón un eco de la presencia divina. Dios, en su esencia, es amor, compasión y esperanza. Su existencia nos invita a mirar más allá de lo material, a buscar significado en las pequeñas cosas y a encontrar consuelo en los momentos de dificultad.
Cada experiencia, ya sea de alegría o de dolor, puede ser un camino hacia un entendimiento más profundo de nuestra fe. La naturaleza misma nos habla de su grandeza: en el susurro del viento, en la majestuosidad de una montaña o en la simplicidad de una flor. Todo nos recuerda que hay un propósito mayor, un diseño que trasciende nuestra comprensión.
La relación con Dios no se limita a rituales o prácticas religiosas; se cultiva en el silencio de la oración, en la gratitud por lo que tenemos y en la búsqueda constante de la verdad. Nos llama a ser mejores, a amar incondicionalmente y a extender nuestra mano hacia los demás.