Persona suena casi igual en griego y en latín antiguos, sigue siendo la máscara del personaje, actores y actrices que representan lo humano, lo divino y lo simbólico. Tos los días nos ponemos caretas, nos sonreímos lo más cínico que podemos, aunque sea cuando nos lavamos la cara después del sueño reparador, y el resto del día le echamos redaños pa aguantar lo mejor que podemos la rigurosa circunstancia. En las versiones antropológicas más acendradas los embriagantes festivales, las borracheras más desenfrenadas y los estrafalarios disfraces nos predisponen a mostrarnos tal como somos de verdad, quedando el resto del año pa que nos disfracen de lo que quieran los otros, y más que además los 22 músculos del rostro humano son ingobernables y asimétricos, por lo que la máscara elegida es lo más aproximao a la voluntad de que quien la porta, más creíble en lo que anuncia que en lo que esconde.