Los sistemas binarios de estrellas no son infrecuentes en las nebulosas, pero por lo general, sus componentes son muy parecidos. Normalmente, se esperaría que una pareja de estrellas tuviera características similares en términos de edad y masa, pues se habrían formado aproximadamente al mismo tiempo. Sin embargo, en esta nebulosa, un miembro del par es 1,5 millones de años más viejo que el otro, y la estrella más joven es magnética, a diferencia de su contraparte más antigua.

Los investigadores obtuvieron pistas sobre este misterio a partir de la naturaleza misma de la nebulosa, que parece ser mucho más joven que las estrellas, con solo 7.500 años de antigüedad. Además, tiene un alto contenido de elementos como nitrógeno, carbono y oxígeno. Estos datos sugieren que algo dramático ocurrió para iniciar la formación de la nebulosa.

"Creemos que este sistema tenía al menos tres estrellas originalmente; dos de ellas estaban muy cercanas entre sí, mientras que la tercera estrella estaba mucho más alejada", explicó el investigador Hugues Sana, de la KU Leuven en Bélgica. "Las dos estrellas interiores se fusionaron de forma violenta, creando una estrella magnética y expulsando material, lo que formó la nebulosa. La estrella más distante estableció una nueva órbita con la estrella recién fusionada, ahora magnética, creando el sistema binario que vemos hoy en el centro de la nebulosa".

Este escenario también podría ayudar a los astrónomos a comprender cómo algunas estrellas masivas adquieren campos magnéticos, un fenómeno que puede ocurrir después de una fusión. Las estrellas masivas generalmente no retienen sus campos magnéticos por mucho tiempo en comparación con sus largas vidas, por lo que esta es la primera vez que los investigadores han visto pruebas de este magnetismo tras una fusión.

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Créditos del texto: Digital Trends y ESO