Musica que entona el corazón...
Tú también puedes poner una canción en tu corazón cada vez que necesites un cambio rápido. El Rey Saúl, la Profetisa Debora y el Profeta Elisha hicieron precisamente eso cuando estaban tristes (véase Samuel I 16:16; Reyes II 3:15 entre otras fuentes). ¡Funciona!
Incluso si no tocas un instrumento musical, trata de tararear tu canción favorita o escucha tu música favorita. Escoge alguna melodía que en tu mente esté asociada con algo alegre.
Una vez que ponemos una canción en el corazón, recordamos a HaShem. Y una vez que recordamos a HaShem, recordamos que todo es para bien. Ahora sí que podemos sonreír.
Musica que entona el corazón...
Tú también puedes poner una canción en tu corazón cada vez que necesites un cambio rápido. El Rey Saúl, la Profetisa Debora y el Profeta Elisha hicieron precisamente eso cuando estaban tristes (véase Samuel I 16:16; Reyes II 3:15 entre otras fuentes). ¡Funciona!
Incluso si no tocas un instrumento musical, trata de tararear tu canción favorita o escucha tu música favorita. Escoge alguna melodía que en tu mente esté asociada con algo alegre.
Una vez que ponemos una canción en el corazón, recordamos a HaShem. Y una vez que recordamos a HaShem, recordamos que todo es para bien. Ahora sí que podemos sonreír.