Para que mis allegados, condenados a un ingrato futuro,
no sufran lo que he sufrido, he decidido no dejarles ni un duro,
sólo derechos de amor, un siete en el corazón y un mar de dudas,
a condición de que no los malvendan, en el rastro, mis viudas.
Para que mis allegados, condenados a un ingrato futuro,
no sufran lo que he sufrido, he decidido no dejarles ni un duro,
sólo derechos de amor, un siete en el corazón y un mar de dudas,
a condición de que no los malvendan, en el rastro, mis viudas.