Negros barrotes de una cárcel borraban para el mundo la fama de un matón...
Venga y escuche, carcelero,
que un taita arrabalero
su historia va a contar...
Me encerraron muchos años en la sórdida gayola...
...con sombras de cárcel lavé mi pecado,
si acaso la cárcel lo puede lavar.
Los jueces de mármol nunca comprendieron...
Mi existencia muere,
encerrada en esta prisión,
y antes que la nieve
me aprisione el corazón,
quiero llegue a ti... mi maldición.